Una parcela con una fuerte pendiente con una situación absolutamente excepcional, situada mirando al Mar Mediterráneo hace que se busque la mirada hacia el paisaje. Una mirada limpia, tranquila que nos envuelva en una atmósfera de paz a través de su piel sinuosa y suave, como una seda que te protege de la brisa del Mar que se observa.
TAMAÑO 370m²
LUGAR MORAIRA
AÑO 2021
La presencia del mar frente a la vivienda y la situación de la propia vivienda hizo que se generaran unas aperturas en esquina de los ventanales para tener la mayor vista posible.
Se crea una vivienda sinuosa, que nos envuelve con sus planos blancos evocando al banco puro en contraste con el Mar.
Una pieza que potenciara el paisaje existente y que se convierte en elemento que potencia el paisaje.
Utilizamos una piel de hormigón blanco, limpia y sinuosa como el Mar mediterráneo, que le da cierto carácter escultórico y que evoca por su color blanco a los materiales de las clásicas fachadas mediterráneas.
Creamos un espacio limpio y fragmentado que se va quebrando para permitir las vistas del elemento anterior. En planta baja se plantea la zona de día en relación con el jardín y la piscina y en la planta superior los dormitorios con una gran terraza común, generando un espacio de relación más íntimo.
Una casa blanca mirando al Mar Mediterráneo que busca una mirada limpia y tranquila.
